BUENOS AIRES.- El Gobierno calificó ayer como una “diatriba” las publicaciones de los diarios “La Nación” y “Perfil”, que señalaron el domingo que a fines del mes próximo se iba a producir en Roma, en el marco de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), un encuentro entre el papa Francisco, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada y dirigentes gremiales y empresarios, como una forma de brindar una señal que incentive el diálogo social.
Veinticuatro horas después de haberse publicado la noticia, en su encuentro habitual con periodistas en Casa de Gobierno, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, pidió “no mancillar ni manipular” el nombre del Papa para realizar “operaciones mediáticas”. Luego, remarcó que los argentinos tienen “la capacidad suficiente para buscar acuerdos y entendimientos”, sin necesidad de la convocatoria de una figura de ese calibre.
“El problema central es que cuando esta exposición, esta operación mediática, esta mentira y esta diatriba permanente involucra a la máxima figura de la Iglesia Católica, en realidad debe ser motivo de preocupación y también de reflexión”, explicó.
La información de los dos matutinos aludía al interés de Francisco en empujar una instancia de diálogo cuando lo visiten el titular de la Uocra, Gerardo Martínez; el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Héctor Méndez, y el abogado Daniel Funes de Rioja, de la UIA, quien en junio asumirá como presidente de la Organización Internacional de Empleadores (OIE), que es parte activa de la OIT.
Ambos diarios señalaron, además, que a la reunión concurrirá Tomada, aunque Perfil señaló puntualmente que “el Gobierno se subió a la ola” y especuló con la presencia del titular de la CGT oficialista, Antonio Caló.
La Nación publicó que el sacerdote Carlos Accaputo, presidente de Pastoral Social porteña, “llamó a Funes de Rioja y le formuló la invitación del Papa a todos los sectores involucrados”. Tras haberse difundido el domingo que Francisco habría llamado a la periodista Alicia Barrios y que, extrañado, le negó la eventual reunión, La Nación ratificó ayer la información publicada que, dijo, “fue confirmada por tres fuentes”, mientras que Capitanich señaló que fue una “rotunda y contundente desmentida”. Oficialmente, el Gobierno nacional no había expresado ninguna señal de “preocupación” por la novedad, hasta que Capitanich censuró, ayer, la “tergiversación y manipulación periodística”.
El jefe de los ministros expresó que el episodio “acrecienta más el problema de desconfianza y descrédito que padecen muchos medios de comunicación en Argentina”. “
Estos medios generan operaciones de prensa, atacan sistemáticamente al Gobierno, a la Presidenta o al jefe de Gabinete de ministros; el problema es cuando esta operación mediática, esta mentira, involucra al Papa”, advirtió el funcionario.
En esa línea, pidió “no usemos falsamente su nombre para una operación mediática o un interés político determinado”.
También, destacó la actuación de Francisco al frente de la Santa Sede, al señalar que “no es casualidad el documento de Naciones Unidas con un ataque duro al Vaticano, por tener a un Papa que es capaz de expresar la voz de los que no tienen voz, de una iglesia pobre para los pobres”. (DyN)